Se define como comercio
internacional o mundial, al intercambio de bienes, productos y servicios
entre dos o más países o regiones económicas.
Las economías que participan del comercio
exterior se denominan economías abiertas. Este proceso de apertura externa
se inició fundamentalmente en la segunda mitad del siglo XX, y de forma
espectacular en la década de 1990, al incorporarse las economías
latinoamericanas, de Europa del Este y el oriente asiático. Cada vez existe
mayor interrelación entre lo que ocurre en los mercados internacionales y lo
que sucede en la economía de un país determinado
tradicionalmente,
el comercio era regulado mediante acuerdos bilaterales entre dos
países. Bajo la creencia en el mercantilismo, durante muchos siglos los
países imponían altos aranceles y otras restricciones severas al comercio
internacional. En el siglo XIX, especialmente en Gran Bretaña, la
creencia en el libre comercio tomó fuerza, y esta perspectiva ha
venido dominando el cálculo político entre los países occidentales hasta la
actualidad. Desde el final de la segunda Guerra Mundial, varios tratados
multilaterales han intentado crear una estructura global de regulación
comercial.
La mayor parte de los
países comunistas y socialistas creen en la autarquía,
la cual supone la ausencia completa de comercio internacional y la satisfacción
de las necesidades económicas mediante la autosuficiencia. A pesar de estas
creencias, todos los países se involucran en algún tipo de comercio
internacional, ya que es muy difícil para un solo país satisfacer todas sus
necesidades económicas.
Se han utilizado varios instrumentos para
manipular el comercio internacional. Éstos incluyen el arancel,
las salvaguardias,
las cuotas de exportación e importación y
las barreras no arancelarias. Un componente esencial del comercio
internacional es el transporte internacional de mercancías. Las
condiciones y términos del mismo están regulados por los Incoterms.
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